REDES SOCIALES

21 de Diciembre de 2025

Redes sociales e infancia: una identidad digital creada por terceros

Fotos, datos y videos compartidos por adultos construyen la identidad digital de niños y niñas antes de que puedan decidir. Un debate urgente sobre derechos, responsabilidades y vacíos legales en la era de la hiperconectividad.

/ Por María Florencia Maugeri

Hoy, la identidad digital de muchos niños comienza a construirse incluso antes de nacer. Una ecografía compartida en redes sociales, un video del embarazo, una búsqueda online sobre productos para bebés: pequeños gestos cotidianos que dejan rastros permanentes en internet.

La identidad digital —esa proyección de la persona en el entorno virtual— se forma mucho antes de que niños y niñas puedan comprender qué significa, decidir sobre ella o prestar consentimiento. Lo que se publica queda, se indexa, se replica y puede ser reutilizado en contextos impensados.

Este escenario abre interrogantes jurídicos cada vez más urgentes: ¿quién decide sobre la identidad digital de un niño? ¿Qué responsabilidad tienen los adultos que publican contenidos? ¿Qué herramientas ofrece hoy el Derecho para proteger a las infancias en un entorno donde nada desaparece del todo?

La intersección entre tecnología, intimidad y derechos convierte a la huella digital infantil en uno de los debates centrales del Derecho Informático contemporáneo. No se trata solo de redes sociales, sino de datos, imágenes y registros que pueden acompañar a una persona durante toda su vida.

La huella digital puede pensarse como la miga de pan que dejamos en internet, tanto de forma voluntaria como involuntaria. Incluye datos, imágenes, registros y metadatos que producimos al navegar o interactuar online. En la infancia, esta huella es construida, en su mayoría, por terceros: madres, padres, familiares, escuelas y plataformas digitales.

Este fenómeno es conocido como sharenting: la práctica de compartir contenidos de niños en redes sociales. En la mayoría de los casos surge desde emociones positivas —orgullo, ternura, deseo de acompañar el crecimiento—, pero sus efectos pueden ser profundos y duraderos. A diferencia de las migas de pan, la huella digital no desaparece: es permanente, difícil de borrar y fácil de rastrear.

Los datos muestran la magnitud del fenómeno. Según el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires, 8 de cada 10 bebés menores de seis meses ya tienen presencia online.

La exposición constante de la imagen, el riesgo de suplantación de identidad o grooming, la creación de una biografía digital no consentida y los impactos futuros en la reputación y la identidad son algunas de las consecuencias posibles. No solo se ponen en riesgo derechos como la intimidad, la imagen y la dignidad, sino que también se colabora en la construcción de una identidad digital de una persona que aún no cuenta con las herramientas necesarias para dimensionar los efectos futuros de esa información disponible en internet.

En Argentina no existe una ley específica que regule la huella digital infantil. La protección de niños, niñas y adolescentes en entornos digitales surge de la interpretación conjunta de distintas normas, sin un régimen integral que aborde el problema de manera directa.

Este andamiaje jurídico disperso obliga a pensar la cuestión desde múltiples enfoques: los derechos personalísimos, la responsabilidad adulta y el interés superior del niño. La ausencia de reglas claras genera zonas grises que impactan tanto en las familias como en las plataformas y en el propio Estado.

Algunos países, como Francia, Australia y el Reino Unido, han avanzado en normativas más restrictivas sobre el uso de redes sociales por parte de menores y sobre la responsabilidad de las familias frente a la exposición excesiva de imágenes de sus hijos. Sin embargo, sigue siendo un terreno que la sociedad y la legislación argentina deben comenzar a recorrer, trazando senderos que orienten a las familias y protejan efectivamente a las infancias.

La huella digital infantil ya no es una cuestión futura: es una realidad presente que interpela al Derecho, a los adultos y a la sociedad en su conjunto. Lo que hoy se publica en nombre de los chicos puede acompañarlos toda la vida. La pregunta ya no es solo si se puede compartir, sino si se debe y bajo qué límites.

 


Gracias por tu interés en breve te estaremos llamando!

¿Estás interesado en anunciar en CorreLaVoz.net?

Déjanos tus datos y un responsable del área comercial te estará contactando a la brevedad!
Completa tu Nombre!
Completa tu Numero de telefono!
Completa tu Email!

Estamos en Facebook danos un me gusta!