El recomendado de la semana: “Cada paso que darás es la meta”

Jean Loup es un chico de once años, adorablemente dibujado, con el pelo rubio que recuerda al genial Olivier de Jacques Devos, historieta que los lectores argentinos pudieron conocer en los lejanos 80 gracias a la revista Billiken. No es casual que el fascinante mundo de Jean-Loup, esté ambientado en la Bélgica de 1983 y se nos presente con un prólogo que inmediatamente despierta la curiosidad y la tensión narrativa. Como toda buena historia, el punto de partida es simple: un chico que lidia con la soledad y los problemas en una familia peculiar, de esas que, como diría Tolstói, lo son a su manera. Mientras tanto, acosado por la ansiedad y una vida plagada de rituales compulsivos que lo vuelven más simpático aún, intenta, con inteligencia y mucho cálculo inútil, trazar su camino. Por ejemplo, para él no alcanza con contar determinada cantidad de puntos para evitar las líneas blancas de un paso cebra; necesita más si cruza con los ojos cerrados y sin respirar. Para compensar su falta de confianza y la ausencia de sus padres (su padre rara vez está presente y su madre…bueno, dejaremos que el lector descubra qué pasa con su madre), se refugia en su imaginación desbordante y en un extravagante amigo: una figura de acción de Balduino, el rey belga, a quien pide consejo.
Este niño, más inteligente que el promedio y apasionado por coleccionar fichas de datos insólitos sobre cualquier tema —desde los litros de sangre que debe bombear el corazón durante un año hasta las razones de la extinción de los dinosaurios—, ve cómo su vida meticulosamente controlada se desmorona tras un olvido y un retraso. Elegido por su maestra para un concurso regional de exposiciones, Jean-Loup emprende una búsqueda iniciática, marcada por una sucesión de azares, con el objetivo de encontrar un nuevo tema para su ponencia. Y al principio —y en el medio también, con un guiño a Chéjov— aparecerá una cáscara de banana para equilibrar el azar, ese instrumento imprevisible que ni siquiera una buena tirada de dados puede abolir. Así el relato logra, con buenas dosis de humor y una poética sutil, abordar temas graves, como la soledad, la angustia y la iniciación a la vida.

¡Increíble! es el resultado de la segunda colaboración entre el guionista Vincent Zabus y el dibujante Hippolyte, quienes ya habían trabajado juntos en la aclamada Les Ombres (Las sombras, también editada por el FCE y disponible en Juarroz), una alegoría sobre el exilio. Vincent Zabus es un dramaturgo y guionista de historietas belga que, tras licenciarse en filología, enseñó literatura y teatro antes de dedicarse a la escritura. Su experiencia como actor se refleja en diálogos que incitan a la reflexión y en su enfoque en crear personajes sensibles cuya humanidad conmueva al lector. De hecho, ¡Increíble! se originó como una pieza teatral. Hippolyte (cuyo nombre real es Frank Meynet), nacido en 1976 en Haute-Savoie, Francia, es un autor, ilustrador y fotógrafo multifacético que estudió en la escuela Emile Cohl en Lyon en 2000. Su versatilidad artística es notable, habiendo recibido el premio al mejor álbum en la Feria del Libro de Bruselas en 2004 por su adaptación de Drácula. Posteriormente, adaptó El mayorazgo de Ballantrae de Stevenson usando acuarela, lo que le valió un éxito crítico unánime.
Para cerrar, transcribimos dos fichas de Jean Loup. La 3782, que dice “Una vida humana larga consta, en promedio, de 650000 horas en total. Después de eso, todo estará dicho.”
   Y la 438: “La niebla es una nube sin ganas de volar”.

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