Nuevas instituciones para un nuevo transporte

/Por Claudio Borrelli

Hola, como estas? Espero que bien. Te invito a pensar las instituciones que se encargan de coordinar los programas y la administración del Estado, puntualmente en lo respectivo al transporte. Vamos a tratar que no sea tan tedioso, pensemos que éstas son importantes para nuestra vida cotidiana ya que son a las que les confiamos como nos movemos en nuestras ciudades para realizar las tareas habituales. El transporte se organiza con una lógica sistémica y la pandemia ha desordenado todos sus estamentos.

Desde el anuncio de la cuarentena en los medios masivos de comunicación se ha afirmado que el transporte público de pasajeros es el responsable de propagar el virus. Estos enunciados carentes de confirmación científica contribuyen a acrecentar los problemas actuales y a la proyección de todo un sistema de movilidad que debe garantizar la movilidad de las personas. Quienes estudiamos estos temas, afirmamos que el transporte es un derecho para consagrar otros derechos, es  decir, sin transporte de calidad no hay salud, educación ni trabajo.

Es de destacar la grave situación que atraviesan metrópolis como Rosario y Córdoba, las cuales han tenido paros y huelgas de las empresas de colectivos y sindicatos respectivamente. El área metropolitana de Buenos Aires no alcanzó tales niveles, pero la incertidumbre y el riesgo de una insolvencia económica y quiebre o caída de empresas debe considerarse. Los operadores de los diferentes modos de transporte (privados y públicos) se encuentran en una situación de extrema dificultad financiera. El distanciamiento social impuesto, que persigue el objetivo de reducir los riesgos de contagio mediante disminuir la demanda de pasajeros en las formaciones de las unidades de transporte, claramente condiciona los ingresos básicos de las empresas. En esta nota, https://www.cenital.com/el-amba-necesita-una-agenda-de-transporte/, Federico Conditi examinó de manera efectiva la complejidad del contexto y presenta un buen diagnostico del Área Metropolitana de Buenos Aires, instando a las autoridades a repensar sus esquemas de coordinación.

La complejidad que atraviesa el sector necesita análisis exhaustivos y propuestas superadoras, los manuales de la pre-pandemia son anacrónicos. Sería un error retornar a la normalidad donde movilizarse en transporte público era sinónimo de hacinamiento y el planeamiento urbano utiliza como variable central y ponderación absoluta al automóvil particular.

En lo específicamente relacionado al transporte público y el planeamiento urbano, el Área Metropolitana de Buenos Aires esta definida por la Ciudad Autónoma y 42 Partidos de la Provincia de Buenos Aires. Esta mancha urbana de 2.300 km2, es habitada por 15 millones de personas.  En conferencia de prensa, muy atinadamente Axel Kicillof afirmaba “…el AMBA es un continuo urbano”. También decía que el virus no discrimina “el lado” de la General Paz, con el transporte público es similar, dado que las interacciones de movilidad se desarrollan como una unidad y en bloque, aunque las responsabilidades jurisdiccionales y de administración son compartidas. Los tres niveles del Estado tienen presencia, cada uno con los roles de su correlato legal. Es clave entender qué jurisdicción es la responsable de administrar y controlar los diferentes modos de transporte. Para el mundo de los colectivos es simple, las líneas de la 1 a la 199 es jurisdicción del Estado Nacional, de la 200 a 499 es de la Provincia de Buenos Aires, y desde 500 de las Municipalidades. Cada una de estas se diferencian en que las municipales hacen recorridos dentro de sus territorios y no tienen permitido salir del mismo, ejemplo el SIT tiene líneas como la 500-503 que une barrios de Zárate; las Provinciales recorren al menos dos Intendencias y no tienen permitido salir a otras Provincias, ejemplo la 228 que une Lima-Zárate-Campana; y las líneas Federales se movilizan en al menos dos jurisdicciones Provinciales, ejemplo la línea 194 que une CABA con la Provincia (Once-Zárate/Campana).

El órgano encargado de la coordinación del sistema de transporte del AMBA, es la Agencia Metropolitana de Transporte (ATM), la cual fue creada mediante un Convenio Tripartito entre la Nación, la Ciudad Autónoma y la Provincia de Buenos Aires en octubre de 2012. Los decretos de ratificación datan del 2014 y las autoridades por parte de Nación fueron nombradas en el 2016 y no han sido reemplazadas a la fecha. Esta dispersión en el tiempo marca la no ponderación de la agencia, como así también es llamativo que en la página actual de la ATM, todavía hay fotos institucionales del ex Jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, del ex. Ministro de Transporte, Guillermo Dietrich y de la ex. Gobernadora, María Eugenia Vidal.

La Agencia es una herramienta útil como instancia de diálogo, pero insuficiente para resolver los problemas que presenta la movilidad metropolitana. Es preciso contar con facultades regulatorias, fijando tarifas y esquemas operativos, y disponer de un mecanismo de financiamiento equilibrado entre Nación, Provincia, Municipios y la Ciudad de Buenos Aires, como ocurre en la mayor parte de las ciudades del mundo. La Agencia Metropolitana de Transporte, es una ilusión permanente para los entusiastas en una coordinación real de las diferentes autoridades del transporte del AMBA. Debemos repensar esta autoridad, dotarla de atribuciones o directamente pasar a una institución con un rol empoderado como una consorcio que administre y explote el transporte de pasajeros automotor, los trenes regionales y el subterráneo. 

En la próxima nota te invito a que pensemos como podríamos funcionar de manera más efectiva con nuestros vecinos de Campana, como una mini isla dentro del aclamado AMBA.

Te mando un abrazo de codo y nos vemos barbijo mediante.