Lautaro Palacio presenta su crítica acerca del film de Charlie Kaufman que ya se puede ver en la plataforma Netflix. La traducción al castellano sería "Estoy pensando en dejarlo".
/Por Lautaro Palacio de Rubacava
Adaptada de la novela de Iain Reid, el director Charlie Kaufman (guionista de Eterno Resplador de una Mente Sin Recuerdos y director de Anomalisa) presenta una premisa simple, en la que una joven mujer (Jessie Bucley) emprende un viaje con su reciente pareja Jake (Jesse Plemons) para conocer a sus suegros. La historia rápidamente comienza a perder toda noción del tiempo y el espacio, a través de una narrativa onírica y surrealista.
Además del viaje de la pareja protagonista, también es la travesía de Kaufman y el espectador, siendo las excelentes actuaciones de Bucley y Plemons las que encuentran un anclaje humano en medio de una literal tormenta existencial.
La mujer -quien es referenciada con múltiples nombres- suele tener la voz del autor, mientras que Jake es inseguro formado por películas trilladas y manipulado por obras más osadas pero quizá inconscientes en sus fines- Por ejemplo ella lo deja sin palabras cuando recita una crítica realizada por Pauline Kael en 1974 a "A Woman Under the Influence" de John Cassavetes, siendo éste un clásico del cine independiente estado unidense que despierta empatía en Jake.
Con estos paralelos se explora la futilidad de la individualidad en los vínculos y el consumo pasivo del arte, ¿inevitablemente terminamos convirtiéndonos en los constructos sociales que tanto evitamos?, ¿Qué importa el nombre de ella o su trabajo si va a terminar siendo "la esposa de..."? Son estas ideas provocadoras las que crean los mejores momentos del filme, sobre todo los compartidos con los padres de Jake -David Thewlis y Toni Collette-, repletos de humor negro e incomodidad.
Si bien el director busca una humanidad más auténtica en su obra lejos de la manipulación Hollywoodense, la excesiva racionalización del subtexto en forma de tesis, termina limitando su potencial emocional y metafórico.
Además sacrifica la creación de un ritmo que aporte sentido último a sus intenciones, estancándose en verborragias agotadoras, transformándose en lo que critica, sin la humildad de sus obras anteriores.
Su naturaleza elusiva va a dividir a la audiencia pero no se puede negar su estilo direccional intencionado, impecable fotografía y puesta en escena, haciéndola una experiencia reflexiva digna de debatir.
PUNTAJE: 7.5/10 BUENA.
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