Baby: Un escándalo de prostitución infantil hecho serie

/Por Guillermina Gatti

En la primera temporada, estrenada a fines del 2018, Ludovica (Alice Pagani) y Chiara (Benedetta Porcaroli) se conocen luego de que un video sexual de una de ellas se haga público en todo el colegio.  Incomprendidas por sus padres, una mala relación con sus compañeros y la necesidad de querer sentirse alguien, capítulo a capítulo se sumergen en el mundo de la prostitución.

La segunda temporada es más oscura, un cruce entre el darse cuenta que quizás la prostitución no es la única salida para ellas con el abuso y la extorsión por parte del dueño del club, un proxeneta que hará hasta lo imposible para que dos de sus mejores clientas no dejen de trabajar, incluso extorsionar al novio de una de ellas.

Y en los seis últimos capítulos que componen la última temporada, Ludovica y Chiara se ven cada vez más en peligro con su doble vida. Entre campañas electorales, madres, padres, investigadores privados, amor, desamor, expulsión de la escuela y mucho más, el caso de prostitución infantil se hace público y la serie finaliza en un escandaloso juicio.

El caso real en el que se inspiró la serie es conocido como “Baby squillo”. En 2013 dos adolescentes conocidas como Agnese y Angela, de 14 y 15 años, del distrito de Paroli en Roma, fueron descubiertas dentro de una red de prostitución que involucraba empresarios, políticos y policías italianos. Incluso uno de los involucrados era el marido de Alessandra Mussolini, nieta del dictador.

Las adolescentes cayeron en la prostitución luego de buscar “dinero fácil” en internet en julio del 2013. Siguieron un anuncio que las llevó a un sitio en el que ofrecían servicios sexuales y fue allí donde conectaron con Mirko Leni y el oficial del ejército Nunzio Pizcalla quienes llevaban toda una red de prostitución. Los proxenetas se encargaron de establecer un departamento con dos habitaciones en uno de los barrios más caros de Roma, donde las chicas se reunían con sus clientes.

Ambas ganaban entre 500 y 600 euros por días y comenzaron a gastar sus ganancias en lo que lo haría cualquier adolescente, ropa de marca, maquillaje, teléfonos, tenían una vida lujosa sin depender de nadie.

Según los registros que trascendieron en los medios italianos, el escándalo sexual y la doble vida de las menores, fue descubierta gracias a la madre de una de ellas, que denunció a la Policía al sospechar del estilo de vida de su hija.

Cuando la fiscalía italiana tomó el caso, descubrió a través de registros telefónicos, nombres de empresarios y políticos de altos rangos, la manera en que se manejaba la red de prostitución así también como la complicidad de la madre de una de las chicas. En una de las llamadas, se descubrió que la madre de Agnese, alentó la carrera de su hija y hasta fijó un precio de 300 euros por cada encuentro. Luego de encontrar a la madre como incitadora de la prostitución, fue sentenciada a 6 años de prisión.

Finalmente en 2014, la policía logró reunir una lista de al menos 50 clientes incluidos abogados, políticos, empresarios y miembros del personal de la ONU. El escándalo mediático del destape de esta red de prostitución se hizo aún más grande cuando se reveló que Mauro Floriani, marido de Alessandra Mussolini, estaba involucrado.

Cuando las adolescentes fueron detenidas, con tan sólo 14 y 15 años, reconocieron que decidieron prostituirse para poder obtener dinero. En su declaración, al preguntarles por qué habían decidido comercializar su cuerpo, una de ellas dijo: “Quería un montón de dinero y no quería dejar de tener nada”.

La serie italiana original de Netflix que quiso llevar este caso a la pantalla, fue denunciada por el Centro Nacional sobre la Explotación Sexual, de Estados Unidos, por  ser una apología de la prostitución infantil y por romantizar la situación. Sin embargo, sus autores y guionistas sostienen que no es más que la trama sobre la necesidad de transgredir de los jóvenes.