La ciudad nos espera

23 de Enero de 2021

Lo Urbano: De cirugía a barrera

La refacción de la Avenida Mitre se presentó como una cirugía urbana, pero su mala planificación la convirtió en una barrera urbana.

/ Por Lic. Claudio Borrelli

Hola, ¿cómo estás? Seamos bienvenidos al 2021. En la última edición de “La ciudad nos espera” charlamos sobre el tránsito y los siniestros que suceden en las esquinas de la ciudad a diario. Entre varias cosas, afirmamos que no suceden accidentes sino siniestros, los cuales son evitables.

A su vez, dijimos que el ejecutivo municipal en la última década reorganizó la movilidad bajo algunos preceptos interesantes y otros más anticuados. Estos últimos son los modelos de planificación del transporte, donde la ponderación del automóvil particular es suprema. Lo anticuado es no otorgar centralidad a la movilidad sustentable, la cual queda en tercer plano, ya que en la distribución del espacio público los peatones y los ciclistas son agentes rezagados. Las grandes inversiones en pavimentación entre 2008 y 2013 fueron un avance en la calidad de vida urbana de los barrios en Zárate, pero los denominados detalles constructivos  que una obra debe acreditar no estuvieron en el nivel necesario. Estos nuevos “macadanes” no contribuyeron a apaciguar el tránsito cada vez más intenso de una ciudad que aumentaba su parque automotor, como así también malas conductas individuales al momento de conducir un vehículo. Ambas son causales de la gran cantidad de siniestros viales.

¿Te parece si charlamos sobre Avenida Mitre? Fue presentada como una cirugía urbana y su culminación dista bastante de serla. La misma tiene una extensión de 3 kilómetros atravesando y uniendo diferentes barrios del casco urbano con la Costanera del río Paraná y viceversa. Es lindera al Parque Urbano, ex cañadón del FFCC Urquiza. La Mitre semaforizada en su  doble sentido (doble carril)  de circulación, es utilizada “mayoritariamente” como vía de comunicación entre el este y el oeste del territorio.

Hay diferentes métodos para analizar el comportamiento de una arteria y por lo tanto su calidad. La técnica más reconocida es controlar el tiempo en movimiento y el tiempo que está detenido un autómovil al momento de realizar todo el trayecto. Es decir, cuántos minutos se demora y si se detiene en semáforos o presencia de otros automóviles desde la Costanera hasta la Avenida Pividal, por todo el tramo de Avenida Mitre (de ida y de vuelta). Para hacer los cálculos la velocidad tiene que ser constante y segura para el entorno urbano. El tramo más llamativo es el que va desde Av. costanera hasta Lavalle, los cuales se transitan en 5:54 min. pero 4:44 min. se está detenido en los semáforos. Es decir, un automovilista está frenado el 80 % del tiempo que transita desde o hacia la costanera por nuestra avenida.

Los datos del parrafo anterior puede ser categorizados y son invitaciones a jugar un poco con ellos. Podemos preguntarnos si están mal, si están bien, si están descoordinados los semáforos, etc. Lo primero que tenemos que decir es que los autos no tienen por qué “correr”, ni la onda verde es sinónimo de calidad urbana, pero la situación podría y debería ser mejor. No es bueno estar detenido el 80 % del trayecto. El otro dato que analizamos es que la velocidad promedio de circulación es de 14 km/h, la cual es sumamente baja. Es una avenida que la transitan varias lineas de colectivos (federales, provinciales y municipales) y estos necesitan mejorar su velocidad comercial. Un colectivo mucho tiempo detenido hace que los pasajeros esperen más tiempo en las paradas y por lo tanto se consuma más combustible. Mejorando esa velocidad comercial, habrá ahorro para las empresas de transporte (entre ellas una de capitales estatales) y habrá más atractivos para incorporar usuarios al sistema de transporte público.

Entonces, ¿Cuáles son los problemas? ¿Por qué se planificó mal? En principio hay errores de planificación en la política pública; tampoco hubo instancias de participación ciudadana que siempre dota de una mayor robustez las decisiones politicas. El “dibujo” priorizó construir una avenida donde los autos debían moverse hacia todos los sentidos con libertad. Este es el gran problema: la cantidad de giros que permite cada intersección de la Av. Miitre, es decir en cada bocacalle podes girar para cualquier sentido. Por lo tanto, los semáforos deben dar tiempo a cada giro y si estás en el auto vas a tener que esperar (si sos ciclitas y peatón también). Es por eso que estás frenado  en los semáforos de manera irritable y todos queremos evitar conducir por la Mitre. La matemática no falla.

Qué se debería hacer? Un poco de todo: en principio prohibir estacionamiento donde la avenida pasa inexplicablemente de 3 carriles a 1 (a la altura de Alem). A su vez, prohibir algunos giros de vehículos, especialmente el de Av. Mitre hacia Lavalle, ya que el peatón no puede cruzar. Desarrollar la ciclovía sobre la avenida (esta no debe ir por dentro del parque). También es importante analizar el entorno, es por eso que la calle Pellegrini debe convertirse en mano única desde la vía del FFCC Mitre hasta la calle Rawson, como así también planificar otro puente sobre el cañadón del Urquiza para peatones y ciclovía.

En definitiva, dado que las inversiones en infraestructura urbana son muy cuantiosas y para los municipios financieramente aún más, es clave realizar buenos estudios que fundamenten las intervenciones y nos otorguen datos de cómo hacer las obras. Debemos analizar los comportamientos de cómo nos movemos en la ciudad, para tender a que éstos sean más sustentables.  Éstas son las causas y consecuencias de por qué la Avenida Mitre se convirtió en una barrera urbana.

Te mando un saludo y espero que nos crucemos en alguna vereda ensanchada de la ciudad, barbijo mediante.


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