Se estima que América Latina llegue a la inmunización de grupo en seis años por la concentración de las patentes en pocas manos. Las patentes están en manos de transnacionales configurando un aglomerado de grupos de poder.
Los retrasos evitables en la vacunación están imponiendo cargas terribles a la economía mundial y al bienestar humano, y la perturbación económica exige más medidas de socorro y recuperación. Han costado 28 billones (millones de millones) de dólares en producción perdida a nivel mundial, y los países industrializados se han contraído siete por ciento en 2020.
Las capacidades nacionales para hacer frente a la pandemia han sido determinadas en gran medida por los medios y el poder. Por lo tanto, el acceso a las pruebas de covid, tratamientos, equipo de protección personal y otros suministros para la pandemia ha estado muy deficiente en la mayoría de los países pobres del Sur a nivel mundial.
Con las tasas de vacunación actuales, tomaría “no uno o dos años, sino seis años” alcanzar la cobertura global de 75 %, que actualmente se considera el mínimo para lograr la “inmunidad de grupo» contra la covid.
Las protecciones de patentes, las limitaciones en la producción de vacunas y la lucha de los países ricos privarán a más de 85 países pobres del acceso público a las vacunas antes de 2023. Hasta mediados de febrero, no se había administrado una sola dosis en 130 países con 2500 millones de personas.
De las más de 131 millones de dosis disponibles hasta el 8 de febrero, Estados Unidos, China, los 27 países de la Unión Europea (UE) y Reino Unido tenían 78 %, mientras que África tenía 0,2 %.
Mientras tanto, la Unión Africana solo ha pedido menos de la mitad de lo que necesita para alcanzar la inmunidad colectiva, es decir, solo 670 millones de dosis. Mientras tanto, además de Brasil, otros países latinoamericanos solo tienen 150 millones de dosis, que alcanzaban para menos de una cuarta parte de su población.
Para fines de 2021, la capacidad global total de los 13 principales fabricantes de vacunas para la covid aún estaría muy por debajo de las necesidades de los casi 7700 millones de personas del mundo. Incluso si todos producen a su máxima capacidad, una quinta parte de la población mundial no tendría acceso hasta 2022.
Los países ricos continúan oponiéndose a la propuesta de Sudáfrica e India de suspender temporalmente las patentes de las vacunas, para favorecer un rápido incremento de la producción de vacunas genéricas, mediante exenciones de los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Adpic), vigentes desde 1994.
Por lo tanto, el “catastrófico fracaso moral“ resultante se debe principalmente a la maximización de las ganancias de los proveedores de vacunas, lo que también limita los suministros y el acceso. Mientras tanto, las compras “excesivas” de vacunas de los países ricos les permiten inmunizar a sus residentes varias veces.
Estados Unidos pronto tendrá dosis suficientes para inmunizar dos veces a su población, mientras que Canadá y Australia han reservado vacunas suficientes para proteger a sus habitantes varias veces.
Excepcionalmente, Nueva Zelanda, que también adquirió dosis que superan varias veces las necesidades de su población, es el único país rico que informó que compartirá los excedentes con islas vecinas del Pacífico.
Las necesidades de la población mundial superan con creces en la actualidad la oferta disponible de vacunas.
Los países de ingresos medios se han sumado a la lucha, haciendo onerosos acuerdos directos y unilaterales con los proveedores de vacunas, generalmente en peores condiciones que si hubieran negociado colectivamente.
Como era de esperar, los precios de las vacunas varían considerablemente, en más de 12 veces, de seis a 74 dólares estadounidenses por cada dosis.
Dado que los países no han publicado los detalles de sus contratos, la falta de transparencia ha permitido abusos en términos de los proveedores de vacunas para acceder a ellas. Y cuando se los obliga a cumplir con las solicitudes de la Ley de Libertad de Información, los documentos se redactan en gran medida antes de su parcial publicación.
Una transparencia tan limitada facilita el “imperialismo de las vacunas», ya que el “nacionalismo de las vacunas” de las grandes potencias impide el acceso de otros a sus acuerdos. Por ejemplo, tras su disputa con la firma farmacéutica AstraZeneca, la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, prohibió las exportaciones de vacunas producidas en sus países fuera del bloque.
Fuente: IPS
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