El desafío de avanzar hacia una digitalización del sector público

/ Por Gabriela Trupia - Licenciada en Cs. Biológicas y Subsecretaria de Vinculación Tecnológica de la Facultad Regional Delta (UTN)

El martes 25 de mayo, día de la Patria, tuve el placer de leer una nota publicada en Ámbito Financiero por Fabián Ruocco (Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT), titulada Ahora la pandemia exige acelerar la transformación digital del sector público. 

Con Fabián compartimos la pasión por la gestión organizacional y por la vinculación tecnológica, por eso sus reflexiones me permiten profundizar y encauzar las mías respecto a la necesidad (imperiosa, diría) de que el Estado transite con mayor velocidad los cambios de digitalización del sector público. 

Justamente, en estos días de nueva etapa de aislamiento, se hace evidente que no todos los niveles de gobierno han tomado con igual intensidad esta premisa. Si bien, como se identifica en la nota, hay trámites oficiales que ya se realizan a distancia (algunos desde hace años) en relación a la AFIP, el ANSES, PAMI, RENAPER, IGJ, entre otros, hay otros casos que aún restan por transitar con mayor velocidad y profundidad esta agenda, en el caso que verdaderamente la hayan adoptado.

Uno de estos casos es la digitalización de trámites a nivel municipal. Sin dejar de reconocer que los municipios han debido asumir acciones de urgencia y atención al impacto de la pandemia, es probable que la respuesta a la falta de presencialidad para hacer diligencias, así como la necesidad de realizar trabajo remoto de parte de su fuerza laboral, no han sido del todo eficaces. 

Durante estos largos catorce meses de pandemia, los municipios no han desarrollados estrategias (con mayor foco en el factor tecnológico) para seguir brindando servicios de atención de calidad con menor carga burocrática de la que se le exige a los vecinos y las vecinas que quieren producir, construir, vivir cumpliendo las normas que el estado les exige.

Esta agenda de la digitalización del sector público municipal no puede improvisarse: requiere de una decisión política, una planificación para adoptar las tecnologías disponibles más apropiadas en cada caso, la capacitación de los recursos humanos que asuman esta tarea, diseño de procesos de transición entre sistemas, una asignación presupuestaria acorde. También, como menciona Fabián “la necesidad de sostener la atención presencial y virtual, propiciando la asistencia y el acompañamiento a los sectores más vulnerables afectados por la brecha digital”. En suma: “Estamos ante un reto tecnológico, pero también organizacional”. 

Respecto a este último aspecto, se impone entonces un sólido conocimiento de los procesos públicos y sus tendencias, de las competencias de los cuerpos técnicos y administrativos municipales, así como un claro diagnóstico de las capacidades y necesidades de la comunidad que será destinataria de estos cambios. Requiere, más que nunca, funcionarios y profesionales que lideren este desafío formados, conectados, comprometidos con el presente y el futuro de la administración.

En este sentido, es cuando las relaciones interinstitucionales devienen en imprescindibles. Las universidades, por ejemplo, tienen los conocimientos para acompañar estos procesos, pero pocas veces son consultadas o convocadas a participar. 

En el mismo sentido, son fundamentales las organizaciones territoriales y la pericia de contar con las voces de los y las protagonistas sociales para co – construir con el gobierno municipal un sector público mas eficiente y sostenible. Estas alianzas son fundamentales -siempre- pero en este momento lo son más para exigir que el e-gobierno se instale de la mejor manera y demuestre que, además de otorgar una mayor celeridad de trámites, es capaz de disminuir la opacidad y aumentar la transparencia de la gestión local.