Ni una menos

19 de Octubre de 2020

Femicidio de Keila Moreira: Buscan intensamente a los asesinos de la joven

La DDI Zárate Campana y el personal de calle de la Comisaría de Campana buscan intensamente a los dos sospechosos acusados del femicidio de Keila Moreira. La pareja de la joven, Franco Moreira y su amigo Matías Oviedo se dieron a la fuga tras abandonar a la víctima en estado agonizante.

Matías Oviedo (izq) y Franco Moreira (der) se encuentran prófugos de la Justicia

A las 20.30 de la noche del pasado sábado, Franco Moreira se subió a su automóvil Renault Clio gris y abandonó la vivienda que alquilaba con su novia, Keila Moreira en la calle Carreto, cerca del cruce con Pagani en el barrio Las Praderas de Campana. En el interior del domicilio, la joven agonizaba tras recibir el disparo de una escopeta en su cabeza.

Franco Moreira, de 19 años, es el principal sospechoso del femicidio de Keila. No escapó solo. Con él, también se fugó Matías Oviedo, de la misma edad. Hicieron una escala muy breve en la casa de la madre de Franco y nadie los volvió a ver.

Keila tenía 16 años y era jugadora del Otamendi Fútbol Club. Motivada por la influencia negativa de Franco, hace unos meses dejó su casa familiar en el barrio de Otamendi para pasar a convivir con su novio. Esa decisión, de alguna manera descomprimió la tensa relación que mantenía con su familia, ya que se oponían a que la joven conviviera con Franco.

A la familia de Keila le sobraban motivos para desconfiar del sujeto. Un joven que se presentaba como “desocupado” pero con hábitos delictivos, entre ellos, la comercialización de estupefacientes. Pero la convivencia, lejos de ofrecer la construcción de un vínculo basado en el amor, trajo para la joven un verdadero calvario.

En el vecindario comentan que este violento episodio comenzó mucho antes. Con golpes y amenazas frecuentes de Franco sobre ella.

El sábado por la noche, en una de las habitaciones de la calle Carreto estaban Keila, Franco y Matías. Los varones tenían en su poder una escopeta calibre 12 que Franco había comprado hace poco. Le colocaron un cartucho con perdigones de plomo. Y en circunstancias que aún no se establecieron, dispararon a cinco centímetros de la cabeza de Keila, provocándole una herida mortal.

Keila se derrumbó, inconsciente pero aún con vida. A Matías no le importó. A Franco, su novio, tampoco. Por eso ambos huyeron del lugar.

Cuando hicieron su paso por la vivienda de la madre, Franco le comentó al pasar lo ocurrido. La mujer intentó retenerlo, pero el femicida y su cómplice no hicieron caso y de todos modos se fugaron. La madre del asesino llamó a su hijo mayor y le contó lo que había pasado. El hombre corrió desesperado hacia la vivienda que su hermano compartía con Keila y llamó varias veces con la esperanza de que Franco estuviera ahí. Nadie contestó.

Fue entonces que decidió irrumpir en la finca y allí se encontró con el cuerpo de Keila, que aún estaba con vida. Usó sus conocimientos de Reanimación Cardiopulmonar para reanimarla, pero Keila murió, a manos de quien decía amarla.

En la causa tomó intervención la Dra. Laura Brizuela de la UFI Nro. 2 del Departamento Judicial Zárate Campana, quien caratuló el hecho como “Homicidio agravado por el uso de arma de fuego mediando violencia de género”, que son los términos jurídicos para hablar de femicidio.

En las últimas horas la fiscal recibió el informe de autopsia que los médicos forenses realizaron sobre el cuerpo de la víctima. Los resultados arrojaron que el disparo tuvo efecto de bala dado que se produjo a muy corta distancia (cinco centímetros o menos) sobre la zona temporo occipital izquierda y revelaron otro detalle que podría convertirse en un elemento de relevancia para la investigación. 

Keila presentaba en la parte anterior de su brazo izquierdo un hematoma con impresión digital producto de haber sido sujetada con fuerza, de manera violenta, por alguien. Se presume, que esa herida se produjo con anterioridad a su muerte y podría poner de relieve las agresiones físicas que la joven recibía y que, según manifiestan en el barrio, ella misma comentaba en su entorno.

Desde el sábado, el personal de la Dirección Departamental de Investigaciones de Zárate Campana y el personal de calle de la Comisaría de Campana se encuentran trabajando para dar con el paradero de los prófugos, sobre quien pesa un pedido de detención, así como también se solicitó por parte de la fiscalía el secuestro del automóvil Renault Clio gris 3 puertas, con vidrios sin polarizar y patente BKH 072. Por eso, se solicita que quienes puedan ofrecer algún dato de relevancia para la investigación, se comuniquen con la fiscalía o bien con la Comisaría (911 o línea: 422025 / 422534).

En la tarde de ayer, familiares, amigas y amigos de la joven se concentraron frente al domicilio de su familia, en una canchita donde Keila hacía lo que más le gustaba: jugar al fútbol. A sus 16 años, su nombre integra la dolorosa y larga lista de femicidios en el país. Una vida, sueños y deseos nuevamente arrebatados por la violencia machista.

Si sufrís o conoces a alguien que sufre violencia de género, podes comunicarte las 24hs del dia a la Linea 144 o vía Whatsapp haciendo click aqui (Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad), donde te brindarán atención, asesoramiento y contención para situaciones de violencias por motivos de género, de manera gratuita y en todo el país.

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