Nada nuevo ocurre en Villa Fox: apuntes sobre inseguridad urbana

/ Por Lic. Pablo Gallardo - Sociólogo

Los hechos de inseguridad urbana y las movilizaciones de vecinos acaecidas durante el mes de Marzo 2021, son parte de una historia reciente, en donde las autoridades policiales y judiciales no parecen encontrar respuestas a las demandas securitarias vecinalistas.

Durante el primer semestre de 2018, el barrio de Villa Fox asistió a una serie de hechos de robos y asaltos que configuraron un particular sentimiento de inseguridad. Vecinos autoconvocados con un apoyo de la Sociedad de Fomento plantearon el problema a las autoridades policiales y municipales, y establecieron demandas atenientes a la instalación de cámaras y mejora en los patrullajes y operativos.

El tema llegó hasta la comisión de Seguridad del Honorable Concejo Deliberante del Partido de Zárate. Luego, un partido político (Frente Renovador) distribuyó alarmas comunitarias sobre la base de la organización vecinal autoconvocada.

Durante 2019, el mayor control y la presencia de operativos estáticos no generó un cambio en los patrones de criminalidad. Según el análisis espacial de la zona en base a preventivos policiales de la Comisaría Primera, Villa Fox albergaba el segundo hot spot (zona caliente) de la ciudad.

En una encuesta de problemáticas urbanas realizada en el barrio de Villa Fox por la Fundación Tekoporá durante el periodo 2018/2019, el 72,5 de los encuestados ubicaron el tema Seguridad como el principal problema del barrio. Se trata, sin duda, de un índice de inseguridad percibida muy alto.

Esta encuesta fue acompañada por una serie de entrevistas semiestructuradas a vecinos y vecinas, donde encontramos una serie de tópicos relevantes:

• Respecto de los atenuantes de inseguridad percibida, los vecinos no consideran que el barrio sea más peligroso que los barrios aledaños, incluso que la situación de la ciudad o de la provincia:

Testimonio: “Yo creo que los barrios, están muy parecidos todos. Se están haciendo otras reuniones entre vecinos, en general pienso que están todo igual. Padeciendo lo mismo, esto es generalizado. Y no creo que sea tampoco Zárate en particular, creo que es generalizado. No sé cual es la solución realmente, pero no se está viviendo bien”. 

• En oposición al presente, el pasado era seguro. Esta es una constante en los testimonios, la degradación  del espacio público y la vida barrial se estructuran en   torno  a un núcleo problemático identificado: los jóvenes marginales del barrio en quienes se deposita un sentimiento de alterofobia.

“Van ocupando espacios los que no nos agradan”. Hace 3 años eran 2 pibitos, hoy son 20 tipos que se juntan acá de los cuales 15 son ex convictos, y dentro de 5 años no sé a qué número vamos a llegar…Conozco chicas que las han robado en la calle, me gustaría poder transitar tranquilamente, no tener un policía un cada esquina. Me gustaría que los chicos del barrio tuvieran códigos, como antes".

• Respecto de la trayectoria temporal de la inseguridad percibida y la imagen de los nuevos victimarios sociales del delito, se suma el consumo de drogas:

“No, no siempre fue así. Empezó a cambiar hace dos o tres años. No sé cuál es el motivo, ni qué lo generó. Es cuando empezamos a ver más inseguridad y yo creo que tiene una relación casi directa con la droga. Vemos que ese es un factor muy fuerte en la zona”.

• Respecto de la victimización, los discursos oscilan entre un juicio global de la amenaza (puede pasarle a cualquiera) o una mayor amenaza de riesgo sobre algunos grupos (mujeres, tercera edad, niños o jóvenes, etc.)

“No, es a cualquiera, a cualquiera. Lo que sí, viendo lo que le pasó a la abuela, hoy tenemos mayor temor por la gente mayor, porque hay mucha cantidad de gente grande que vive sola (...) son vulnerables creen demasiado, y las casas son vulnerables, porque son casas viejas, a veces no las pueden mantener bien porque no les da económicamente, y entonces empieza a hacerse todo vulnerable, todo lo que los rodea”.

• La percepción de inseguridad en el entorno de una “unidad barrial” plantea el interrogante sobre la vida de los vínculos comunitarios. ¿Es la inseguridad lo que causa la desconfianza interpersonal y el aislamiento entre vecinos o es la falta de cohesión y participación la que abre la puerta al acrecentamiento de la percepción de inseguridad?

"Los vecinos se conocen mucho, más entre los grandes porque han vivido la mayoría de la vida acá. Ahora son muchos más, y nunca he prestado mucha atención a cómo se llaman, quiénes son, los conozco de vista a todos, pero no sé cómo se llaman. No por una cuestión no solidaria, sino porque yo estoy en mi mundo, con mis cosas, no tengo tiempo de ver si Juanita está casada con... Pedrito... no le presto mucha atención. Yo me crié acá. Soy de acá de toda la vida, entonces con el quiosco la gente se acerca mucho. Todos me conocen desde siempre, yo no sé cómo se llaman pero todo bien".

• La incorporación de objetos de seguridad electrónica plantean una situación dual. Por un lado, contribuyen a generar acciones conjuntas y un incremento de seguridad percibida.  Por otro lado, lleva a visualizar mayores problemas: la descoordinación de los servicios públicos (DPU, policía, Justicia), la no disminución del delito, la imagen de un barrio que se sobrecarga en su paisaje urbano de cartelería y dispositivos que lo vuelven más inseguro a mediano y largo plazo.

“(...) nosotros desde el movimiento de seguridad pedimos más cámaras, para ver si los podemos identificar. Pero yo, por una cuestión personal, sé que las cámaras no sirven de mucho. Porque entraron a mi negocio, boquetearon, abrieron un agujero en la pared, se metieron, me robaron. Lo tengo filmado, la entrada, la salida, reconocido, llevé las cámaras a la fiscalía, todo. Todavía estoy esperando. Porque yo le llevé la denuncia, la filmación, amplié la denuncia, reconocí, le di el nombre de la persona, todo... y la gran pregunta fue: “y dónde vive?” “También esto queres que te diga? Te digo  el nombre, el apellido, el facebook, quienes son sus amigos, en dónde está, qué lugares frecuenta, también queres te tengo que decir dónde vive? Si yo estuviese del lado de la justicia, se me caería la cara de la vergüenza de preguntar eso, porque algo tienen que hacer. Esto fue el 13 de febrero que me robaron a mí, desde ese día hasta hoy, todavía no tengo una sola llamada que me diga “bueno señora, acá está preso”. Yo me lo cruzo en la calle, veinte mil veces. Dice “usted acepta una rueda de reconocimiento?” “si”. Nunca me llamaron. Y el video se ve la cara así de frente. Entonces las cámaras si pueden demostrar situaciones pero en realidad eso no te asegura que haya justicia en ese sentido, no? O sea, va a seguir siendo inseguro, porque se dan cuenta que aunque los filmes no sirve... “

• Los repertorios de acción colectiva. En la gestión vecinal de la inseguridad existen estrategias individuales de carácter doméstico (rejas, alarmas, luces automáticas, recaudos, etc.) que se difunden socialmente pero que permanecen fuera del espacio público. Pero también existen repertorios de acción colectiva que involucra la orquestación de acciones con una finalidad común, en este caso utilizar el sistema de alerta temprana de los dispositivos electrónicos para poner en visibilidad la existencia de redes vecinales que ocupan el espacio público. Siempre es conveniente que esta modalidad de participación esté acompañada en su desarrollo por herramientas que eviten la generación de mayores niveles de inseguridad percibida o formas de prevención comunitaria de lógica discriminadora y cerrada 

“Lo que tenemos es la alarma y estar conectados por Whatsapp. Todos tenemos un llaverito que tiene una tecla si ves algo que no es común o no es normal, o te están golpeando, o ves algo en la calle y lo haces sonar. Entonces todos los vecinos están conectados, y empiezan a preguntar: “qué pasó, qué pasó” “pasó tal cosa, es en tal lado” Hay un chico que tiene el control qué vecino hizo sonar la alarma, entonces sabemos de dónde viene. A dónde surgió el problema, y los vecinos que están más cerca acuden obvio. Y eso es muy bueno, eso es más que nada lo que planteamos en las reuniones. Las cámaras pueden servirnos, más que nada para ver el movimiento, y para la policía, pero a nosotros que nos dé respuesta, realmente nos sirve la alarma. La alarma está hace dos años. Suena un promedio de dos o tres veces por semana. Las reuniones también porque cada cual cuenta su experiencia. En lo personal, desde que empezamos a involucrarnos mucho más en esto y a ver cómo funciona, creo que lo que nos da más resultado de todo es la alarma. Porque estamos comunicados entre todos, sabemos qué es lo que pasa. Al que fue afectado, manda mensajito y cuenta más o menos qué es lo que está pasando. El vecino que está más cercano acude. La idea es salir todos a las calles  cuando suena la alarma. Así que todos avisamos, y empezamos a salir todos a la calle, en lo que vemos seguro. Y tratamos de bajar a la calle, no de quedarnos mirando por la ventanita, no. Salir a la calle, y plantarnos en la calle. Para ser más visibles, estamos".

Continuará…