Clásicos del cine

28 de Mayo de 2020

Hitchcock y Psicosis, elevando un género cinematográfico

Se acerca el fin de semana, y es un buen momento para revivir un clásico del cine mundial por el maestro del suspenso: Alfred Hitchcock . Hoy recomendamos la inigualable "Psicosis", que dicho sea de paso, está en Netflix.

/ Lautaro Palacio

 

Alfred Hitchcock, también conocido como el maestro del suspenso, fue un director inglés reconocido mundialmente durante la época dorada del cine, con una carrera que se expande décadas, incluyendo los humildes inicios del cine mudo hacia principios de los setenta.


Se ganó su apodo justamente por plasmar su conocimiento y destreza cinematográfica principalmente en thrillers que involucraban argumentos complejos de espionaje, que reflejaban las ansiedades de la segunda guerra mundial, así también como hombres inocentes culpados injustamente por un crimen no cometido, generalmente siendo confundidos por otras personas. Otra marca conocida del director, era su uso frecuente del humor negro y su encanto por lo morboso que parecía reflejar aspectos de la naturaleza humana que se esconden bajo las apariencias.
Hoy en día muchas de sus obras son recordadas como algunos de los mejores logros que el cine tiene para ofrecer, donde la cámara funcionaba como una extensión natural del espectador, siguiendo a personajes bien definidos en tramas laberínticas.
A pesar de haber ganado un solo Oscar a Mejor Película en toda su carrera por el film Rebecca, para la década del 50, Hitchcock ya era un reconocido director de prestigio dentro del sistema Hollywoodense, asociado a grandes producciones de “prestigio”. Actores de renombre como James Stewart, Cary Grant o Grace Kelly eran recurrentes, que solían encontrarse en historias repletas de giros retorcidos pero nunca alejarse de la ostentosidad de sus locaciones o posiciones sociales hegemónicas de sus personajes.
Entre sus mejores películas se encuentran Vértigo, La Ventana Indiscreta e Intriga Internacional que comparten estas características que se mencionaban anteriormente. Sin embargo, llegó una película que lo cambió todo, una que hasta el mismo Hitchcock pensó en dirigir como una especie de chiste. Psicosis, mientras que hoy en día es otro clásico indiscutible, comparte más similitudes con los lineamientos generales de una película Clase B, con su “indecencia característica”, repleta de sexualidad, violencia y la primera toma de un inodoro en la historia del cine, ¡una locura total!
Sin embargo, como todo gran maestro del cine, Hitchcock emplea todos elementos para hacer hazañas inesperadas que le garantizarían a Psicosis un lugar eterno en el imaginario colectivo. No solamente se encuentra la famosa escena de la bañera, la cual se ha discutido hasta el cansancio, increíblemente editada, no del todo explicita dejando que nuestras mentes hagan el resto del trabajo (pueden ver el documental llamado 78/52 que trata específicamente de este momento). Claramente la escena de la bañera, es un momento memorable porque cala profundo en un miedo que puede ser totalmente real, sin embargo la película se encuentra repleta de gran edición en su totalidad dictaminando cambios en la dinámica de personajes con simples cambios de planos.


Es en estos personajes, en especial el del icónico Norman Bates, que el film encuentra su núcleo, no cayendo en la vieja convención que crea paralelismos absolutistas de que el padecimiento mental, sobre todo las psicosis, sean un peligro para terceros necesariamente. En este caso, Norman si lo es, aunque la dirección de Hitchcock y la actuación esplendida de Anthony Perkins, crean a una persona en sus diferentes facetas, en donde podemos entenderlo e incluso hasta empatizar con su situación, sin que la película deje de recordarnos de lo que él es capaz de hacer bajo la influencia de los fantasmas de su pasado que no puede reconciliar.


No solamente Hicthcock moldeó la percepción del espectador hacia su "antagonista", convirtiéndolo en su protagonista en un giro inesperado que desafío a toda persona en su momento, también el director pretendía moldear la percepción fuera de la sala de cine. Uno piensa que los spoilers y sus esfuerzos por evitarlos son cosa del presente, pero la realidad es que solamente se ha acelerado una vieja costumbre. Era una orden estricta del director de que los cines no dejaran entrar a nadie una vez comenzada la función porque no querían a nadie preguntando que pasó con la protagonista, ni siquiera divulgando la gran escena de la bañera antes de tiempo. Sin dudas, un adelantado a su época.
Los juegos con la percepción del espectador y el retrato humano de Bates, son los mayores atributos atemporales de la película, cuya influencia desde occidente -el mismo año se estrenó Peeping Tom, un thriller conocido como "la psicosis inglesa", tan buena como la susodicha- se siente hasta el día de hoy; inspirando tres secuelas, la serie Bates Motel, que funciona como pre cuela a la película, y todo el género Slasher durante los ’70 y ’80. De todas formas, rara vez su contenido era elevado más allá del shock y los placeres primarios, por lo que Psicosis sigue siendo un estándar de oro para ver a un maestro en su mejor momento, cambiando paradigmas de un género cinematográfico y recordándonos que el corazón humano no depende de la historia en sí misma, sino del trato que le damos.


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