Estamos nostálgicos, y para estos momentos nada más maravilloso que revivir un clásico del cine ochentoso: Volver al Futuro.
/Lautaro Palacio
En una época donde las propuestas originales surgían a menudo, “Volver al Futuro” presentó una apuesta difícil para potenciales inversores, por un lado, por el poco conocimiento público de sus creadores y también por contener ideas que podrían considerarse controversiales para algunos.
Escrita por Robert Zemeckis y Bob Gale, y dirigida por Zemeckis; cuenta la historia del adolescente Marty Mc Fly (Michel J. Fox) quien es transportado accidentalmente en una máquina del tiempo a los años '50, época en la que sus padres estudiaban en la secundaria.
El proyecto tardó años en encontrar un productor que lo apoyara, ya que el guión fue catalogado como demasiado inocente para cualquier gran estudio y demasiado oscura para una productora como Disney, por tener un adolescente besando a su propia madre.
Eventualmente Zemeckis estrenó una película de aventura titulada Romancing The Stone (1984), que terminó siendo un éxito crítico y comercial, por lo que Steven Spielberg decidió invertir en el joven director y el resto es historia.
Es por eso que Volver al Futuro sigue recordándose luego de tantos años, haciendo que sus contemporáneas sean más que una vaga reminiscencia en el inconsciente cultural. La obra de Zemeckis se encuentra cargada de inteligencia, creatividad e imaginación, ateniéndose a una estructura de guión tradicional con tres actos perfectamente establecidos, por lo que nos volvemos parte del viaje observando caer lentamente las fichas de dominó.La película representa una estampa característica de la década, siendo uno de los ejemplos más citados del cine comercial de los ochenta, que todavía mantiene su poder de encantar al público actual y apreciado por la crítica profesional. El objetivo de todo cine comercial se enfoca en llegar a la mayor cantidad de público posible con el fin de entretenerlos, sin necesidad de buscar ser demasiado profundo o intelectual. El público general suele acarrear el concepto que a muchos críticos no les gusta ser entretenidos y que sólo aprecian cine con aspiraciones poéticas. Puede que para muchos críticos sea así, pero la mayor parte de ellos busca una película, que puede que no sea inteligente en su trama o temáticas, pero sí que se encuentra inteligentemente hecha y con destreza artística.
Lo más destacable es el reparto excelentemente seleccionado, compuesto de actores y actrices como Michael J. Fox, Christopher Llyod, Crispin Glover, Lea Thompson. Son ellos los que terminan dando vida a los personajes imaginados por Zemeckis y por Gale, cuyas personalidades y motivaciones se encuentran tan bien definidas, que es fácil empatizar a pesar de las circunstancias extraordinarias.
La fantasía y ciencia ficción pueden presentar conceptos que no son palpables en nuestra realidad, pero deben estar lo suficientemente reglamentados para que el espectador acepte dicho contrato con la trama que está por presenciar y sumergirse en la misma. El viaje en el tiempo establecido en el guion sigue este principio, respetándolo durante toda su duración, siendo lo suficientemente flexible cuando lo necesita.
Por último, no se pueden dejar de mencionar la banda sonora compuesta por Alan Silvestri (su trabajo actual más reconocido es el tema principal de The Avengers), que encapsula todas las emociones y sensaciones que recorren la película, desde el suspenso, la comedia y la aventura sensacional. Esto se puede evidenciar más que nunca en el climax final, donde la música nos envuelve, junto a un montaje estelar que nos da uno de los finales más satisfactorios que se pueden pedir en este tipo de películas.
Junto a las grandes composiciones orquestales de Silvestri, se suma la versión del clásico Johnny B. Goode de Chuck Berry grabada para la película por Harry Waters Jr, quien interpreta al primo del famoso cantante de rock y encabezaría la banda Marvin Berry and the Starlighters en la película.
Volver al Futuro es responsable de influenciar a miles de artistas, tendencias creativas y la cultura en general; utilizar la palabra “clásico” ya es un cliché en sí mismo, pero creo que no hay otra palabra que le quepa mejor a una película tan bien lograda y cuyos vestigios siguen sintiéndose hasta la actualidad. Es de esas películas con un gran nivel de revisión gracias a su gran cantidad de detalles visuales y narrativos, pudiendo ser disfrutada por personas de cualquier generación, en todo momento, encarnando lo que la mayoría del cine comercial desea ser.
El trailer de la peli:
Por Lautaro Palacio
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