Desde que se inició el Aislamiento Social Obligatorio, todos fuimos fuertemente afectados en muchos aspectos de nuestras vidas. Hoy me gustaría que podamos detenernos a reflexionar acerca de esa partecita de la población de la cual ya casi nadie habla. Los adultos mayores. Te presentamos el análisis de la Lic. Angela Rios Encina
/Por Angela Rios Encina
Son aquellas personas que tienen 60 años o más; que de alguna manera se encuentran transitando la última etapa de su vida. Período que gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, se viene prolongando en las últimas décadas.
Ahora bien, éste grupo de personas supone de antemano determinados conflictos y dolencias propios de la etapa, que tienen que ver con su salud general, es decir: lo físico, lo psíquico y lo social. Generalmente el desgaste del cuerpo empieza a tener sus consecuencias; la idea del final de la vida afecta sus emociones; y aparecen las dificultades con en el contexto en el que se desarrollan. Muchas veces la soledad recupera el protagonismo; la angustia por el pasado, la incomodidad del presente y lo impalpable del futuro les genera malestar. La forma en que interpretan la utilidad y la productividad en sus vidas muchas veces se limita luego de una jubilación o de alguna enfermedad. Los vínculos también se resignifican, ya que la mayoría de las veces dejan de tener un lugar protagónico en la familia. Otra cuestión fundamental es el desfasaje que se encuentra de generación en generación; la tecnología, el vocabulario, las costumbres, los valores. Conceptos que colaboran a la distancia que evidenciamos hacia ellos. Y que incluso agiganta la brecha cuando nos encontramos con personalidades más aguerridas, quienes consideran la voz de la experiencia como la más legítima.
Lo que también es muy común encontrar en éstas personas es la sensación de incomprensión. A veces justificada en un desinterés real por el padecimiento del otro; otras simplemente por no cubrir sus expectativas o deseos en cuanto a lo que esperan de ese otro (generalmente su familia). Es así como escuchamos frases tales como “vos no me entendés", “a nadie le importo", etc.. Ni hablar de todos los adultos mayores que se encuentran en vulneración de sus derechos: violencia familiar, falta de asistencia de salud, escasos recursos, situación de calle.
Con el inicio de la pandemia, los adultos mayores fueron la primer población en considerarse de riesgo. Miles de muertos en todo el mundo reunían la característica de ser mayores. Y con ello el aislamiento debió ser mucho más estricto convirtiéndose en un padecimiento nuevo. El aislamiento, y para muchos la desprotección, el desamparo, la soledad.
Los adultos mayores han tenido que atravesar sus propios miedos puertas adentro. Han tenido que enfrentar la barrera de la tecnología para poder comunicarse o poder cobrar su jubilación – quienes poseen recursos-. Muchos han dejado de lado sus dolencias físicas para evitar el contagio sin poder evitar el miedo. La sensación de la cercanía de la muerte se ha tornado aún más presente. La angustia se convierte en depresión, y el aislamiento en la única opción.
Los adultos mayores han sido nuestra guía en muchos momentos de nuestras vidas. Son un capital importante y un gran potencial si les damos la oportunidad de seguir creciendo. Siempre, y más aún en éste momento, es cuando tenemos que acercarnos, dar una mano, escuchar. Hacerles saber que son respetados como tal. Que comprendan que no los excluimos sino que los cuidamos. Hay que encontrar la manera de expresarles cariño con las opciones que tengamos.
Por Angela Rios Encina
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