Damián Dillon, uno de los referentes de la pyme familiar Dillon 24hs, se propone analizar la importancia de las decisiones dentro de una empresa, negocio o comercio. Y para exponerlo de una mejor manera toma la reciente pandemia, un hecho inesperado para el 100% de las personas, sin embargo las formas de reaccionar y el tiempo en hacerlo marca la diferencia entre una empresa preparada y otras que no lo están tanto.
En el contexto de una pandemia, con una cuarentena que parece ir llegando a su instancia final, analizamos las distintas situaciones por las que fuimos pasando y cómo podemos utilizarlas en nuestro favor en el futuro. Este confinamiento lo podemos dividir en 3 etapas claves: cuando se decretó, el durante y la etapa final.
En el inicio cuando veíamos las noticias en China y Europa lo sentíamos algo lejano, y se hacía difícil prever en aquel momento lo que podía suceder. Sin embargo, llegó el primer caso el 3 de marzo y en los siguientes días empezaron a aparecer más, y luego se empezó a hablar de una cuarentena antes que la dictara oficialmente el Presidente. Es aquí donde se nos debían prender todas las alarmas, no sabíamos que rubros se iban a habilitar ni de qué manera, aunque había 3 escenarios posibles en un principio: que nos dejen seguir trabajando normal, que nos limiten a realizarlo de manera restringida, o que directamente no podamos continuar con nuestras actividades.
En el primer caso no teníamos que hacer nada. En el segundo pensar cuales iban a ser las posibles restricciones y como íbamos a actuar en cada caso. Y en el caso de que no podamos realizar nuestra actividad debemos utilizar toda nuestra creatividad para imaginar cómo podemos reinventarnos. Pero ojo!! Esto antes de que el mandatario de las noticias, teníamos que ganar tiempo y armar nuestros “Planes de Contingencia”. Claro que muchas veces no los íbamos a utilizar e iban a quedar archivados. Quizás los usemos en otro momento, pero no nos olvidemos que tenemos un negocio y un equipo que proteger, por lo tanto no podemos darnos el lujo de no hacerlo.
Durante el desarrollo de la cuarentena nos enfrentamos a situaciones cambiantes todos los días, por nuevas medidas del contexto que modificaban las reglas para quienes siguen en actividad, por una situación económica desesperante para quienes permanecían cerrados, y por situaciones personales de un cambio de vida que nos afectó de alguna u otra manera a todos. A esto el emprendedor está bastante acostumbrado, y ha desarrollado una Inteligencia Emocional que le permite gestionar situaciones extremas de manera bastante natural.
Cuando se acerca la etapa final ya tenemos que comenzar a preparar el día 1, va a llegar el momento que podamos abrir nuestras puertas a tiempo completo y debemos estar preparados. Mantener contacto cercano con nuestros proveedores, contar con un lugar en condiciones (para negocios físicos), el personal y nosotros mentalmente listos para encarar con más energía que nunca una nueva etapa de nuestro negocio, el post-cuarentena.
Como resumen final, en toda esta etapa hemos visto negocios que reaccionaron muy rápido, la mayoría de estos ya venía con plataformas desarrolladas y otros que generaron alternativas en el momento. Algunos que se re-inventaron utilizando sus proveedores y su público cautivo, a algo parecido que se pudiera desarrollar bajo las reglas previstas. Muchos que iniciaron nuevos emprendimientos como forma de subsistir, y para los que no tuvieron la posibilidad de hacerlo utilizar estos hechos como una forma de aprendizaje: nunca se pierde siempre se aprende.
Lo más importante es que esto no nos deje iguales, que nos sirva para entender y aprender que todo esto también podía pasar.
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